Los
zorzales lloraban por ser inmortales
Y
los aguerridos jilgueros reían por ser morales
Los
gorriones se sacudían en simias ramas
Con
temibles vientos de los panoramas
Los
ruiseñores armaban sus orquestas canoras
Para
lanzar súbitas canciones roncadoras
Los
canarios repartían a sus tribus, victorias
Para
volar por los campos librando historias...
Por: Alfonso Jara