sábado, 17 de junio de 2017

POEMAS DEL ALMA LXX

Mi padre.
De tierna y dulce voz
tenía la mirada serena
la tez añeja de alegría labrada
estrujaba el alma con un canto
deseando lo mejor para sus hijos.
Ofrecía fortaleza y seguridad
sabios consejos y sinceras sonrisas
guiaba como un amigo y padre querido
desde su experiencia de blancos cabellos
y su carita figurada por el tiempo.
Su mirada profunda y su lento hablar 
hacían de él, el más sabio de los padres
ese es mi viejo, el de los pasos lentos
que siempre iba conmigo en mi camino 
 Sonriendo a la vida, al destino, al viento.
Así era mi viejo querido, mi gran amigo
que a esta hora está dormido, 
está soñando, está soñando
Por: Alfonso Jara

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